Duelo: Del dolor a la esperanza
- Miji Velázquez

- 11 nov
- 3 Min. de lectura
El duelo, así como la soledad, es una experiencia universal, íntima y profundamente humana. Surge tras la pérdida de un ser querido, y aunque cada persona lo vive de forma distinta, todos compartimos el dolor, la confusión y la necesidad de encontrar sentido. Aprender a sobreponerse al dolor sin perder la fe ni la esperanza forma parte del arte de vivir con propósito.
Las etapas del duelo
La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross identificó cinco etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. No todas las personas en duelo viven estas etapas en el mismo orden, ni con la misma intensidad, pero reconocerlas puede ayudarnos a entender lo que sentimos. [andreadela...ologia.com]
Adicionalmente, la psicóloga clínica, Liora Schneider Mirmanas, explicó para el episodio Consejos para superar la migración, que “el duelo es un proceso psicológico por el que pasan las personas cuando se enfrentan a una pérdida”. Y agregó, esta pérdida no solo se relaciona con la “muerte”, sino también con la pérdida de un trabajo, una relación o cuando emigramos a otro país. “El migrante sufre porque vive la pérdida de su país, familia y amigos”.

Peligros del duelo prolongado
Cuando el duelo se extiende más allá de lo esperado, puede convertirse en una condición clínica conocida como duelo complicado o prolongado. Sus efectos incluyen:
Depresión severa y ansiedad.
Aislamiento social y retraimiento.
Pensamientos intrusivos y dificultad para aceptar la pérdida.
Riesgo de enfermedades físicas y aumento de la mortalidad.
Cómo sobreponerse a la pérdida
Aceptar el dolor como parte del proceso.
Hablar sobre la pérdida con personas de confianza.
Honrar la memoria del ser querido con rituales, recuerdos o actos de amor.
Buscar ayuda profesional si el dolor no disminuye.
Cuidar el cuerpo y el alma: descanso, alimentación, oración, ejercicio.
La visión de la muerte en las religiones
Las religiones del mundo ofrecen distintas formas de entender la muerte:
Cristianismo: la muerte es un tránsito hacia la vida eterna. “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá” (Juan 11:25).
Islam: la muerte es el paso hacia el juicio de Alá y la vida eterna.
Hinduismo y Budismo: la muerte es parte del ciclo de reencarnaciones, una oportunidad para purificarse y alcanzar la iluminación.
Tradiciones indígenas: la muerte es una transformación, un regreso a la tierra o al espíritu ancestral.
A pesar de las diferencias, todas coinciden en que la muerte no es el fin, sino una transición hacia otra forma de existencia.
Duelo: Del dolor a la esperanza
En el cristianismo, la muerte es vista como una puerta hacia la eternidad. San Juan Pablo II decía: “La vida eterna es la meta que da sentido a nuestra existencia”. Y San Juan de la Cruz lo resumió así: “En el atardecer de nuestra vida seremos juzgados por el amor”.
El duelo del dolor a la esperanza, nos invita a vivir con propósito en el presente, a amar profundamente, a honrar a quienes han partido y a confiar en que la muerte no rompe el vínculo del amor, sino que lo transforma y que no es el final, sino el inicio.
En mi libro, comparto que el arte de vivir incluye reconocer el dolor, transitar el duelo y encontrar luz en medio de la pérdida. La fe, la comunidad y el amor son pilares que nos sostienen cuando todo parece derrumbarse. Vivir bien no es evitar el sufrimiento, sino aprender a caminar con él, sin perder la esperanza.







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