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Porqué dejar ir puede cambiar tu vida
La Navidad es una época para celebrar la paz, la alegría y la buena voluntad entre las personas. También es un momento para reflexionar sobre la importancia del perdón y el poder que tiene para acercar a las personas. El perdón puede ser un concepto difícil de comprender, pero es una herramienta poderosa que puede salvar divisiones y sanar heridas profundas.
Cuando perdonamos, no sólo ayudamos a sanar el daño causado por palabras o acciones hirientes, sino que también nos abrimos a relaciones auténticas y significativas. Elegir perdonar puede ser difícil, pero tiene el poder de restaurar las relaciones y traer paz incluso en las circunstancias más tensas.
La palabra "perdonar" viene del latín perdonare y significa "dar completamente, olvidar una falta, librar de una deuda"
Entonces, ¿qué es el perdón? Es el acto de perdonar a alguien por un mal cometido. Es un signo de humildad y misericordia, un poderoso acto de comprensión y compasión, que nos ayuda a sanar, crecer y avanzar en la vida. La Biblia enseña en 1 Corintios, capítulo 13 versículo 5 que el amor desinteresado es la base del verdadero perdón, ya que “no guarda registro de los errores”. En consecuencia, el perdón es una forma de disculpar el daño y el dolor causado por otra persona, sin tomar represalias ni esperar que ella haga las paces.
Es más, el perdón es esencial para reconstruir las relaciones después de un conflicto. Puede ayudarnos a restablecer la confianza, crear una atmósfera positiva y fomentar el respeto mutuo. No significa aprobar la ofensa, actuar como si no hubera pasado nada o justificar la ofensa sino comprender que guardar rencor no nos ayuda y que perdonar es imprescindible para que nosotros también seamos perdonados.
El perdón es también una forma de amor propio. Significa tomar control de tus emociones y negarte a permitir que las acciones de los demás definan tu vida. No importa cuán imperdonables puedan parecer las acciones de alguien, debes elegir perdonarlos para sanar y seguir adelante. No perdonas a los demás porque se lo merecen. Los perdonas porque te niegas a ser rehén del dolor que te causaron. Al perdonar, muestras fortaleza y tomas el control, fortaleciéndote para dejar atrás el pasado y abrazar un futuro mejor. En lugar de insistir en agravios del pasado, podemos centrarnos en mejorar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
Como seres humanos, el perdón es una parte integral de nuestro crecimiento y evolución. Al perdonar, nos permitimos avanzar en la vida y asumir la responsabilidad de nuestra felicidad y bienestar. Corrie ten Boom, una sobreviviente del holocausto, dijo: “El perdón es la llave que abre la puerta del resentimiento y las esposas del odio. Es un poder que rompe las cadenas de la amargura y los grilletes de la venganza”.
El perdón tiene el poder de transformar tu vida al permitirte superar experiencias o personas dolorosas. También le ayuda a cultivar una mentalidad positiva y saludable. Perdonar a alguien significa que, voluntaria o involuntariamente, estás dejando de lado emociones negativas como la ira, el resentimiento y el dolor que te han estado frenando. Los estudios sugieren que el perdón puede reducir el estrés, disminuir la presión arterial, mejorar el sueño y conducir a una mejor salud mental en general. Esto abre la posibilidad de tener relaciones más sanas contigo mismo y con los demás. El perdón también conduce a una sensación más fuerte de paz interior, que puede mejorar su salud física y mental. En última instancia, el perdón puede ayudarle a vivir una vida más significativa y plena.
El perdón nos libera del resentimiento y la amargura, permitiéndonos experimentar paz y felicidad. Nos ayuda a sanar y a crecer como personas. A veces puede ser difícil perdonar, especialmente cuando hemos sido heridos profundamente, pero es importante recordar que perdonar no significa olvidar lo que nos han hecho, ni justificar o tolerar el comportamiento dañino de los demás. Más bien, es un acto de liberación personal que nos permite seguir adelante y vivir una vida plena y feliz. Así que no tengas miedo de perdonar, porque al hacerlo estás eligiendo ser una persona valiente y amorosa contigo mismo y con los demás.