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Mantener vivo el amor a pesar de las diferencias

Muchas veces hemos escuchado a parejas decir: mi matrimonio ya no es igual que antes; mi esposa no me quiere igual; ya no le gusto a mi marido… En esa etapa de la vida conyugal pareciera que el amor se ha desvanecido. Ese amor que surgió de detalles y buen trato, de alegría y atracción profunda, se percibe como rutina y compromisos. Se pretendía olvidar los gestos de los primeros años, lo que hacían y decían cuando eran novios y estaban enamorados.

El enamoramiento es un estado emocional que causa alegría y en el que se siente una profunda atracción por otra persona. Es un flechazo que biológicamente surge de un proceso químico que se produce en la corteza cerebral. Se mantiene en el organismo por aproximadamente dos años. Pasado ese tiempo, le corresponde a cada individuo mantenerlo vivo, being novios toda la vida. ¿Cómo? Considerando las diferencias de cada uno.

Como bien sabemos, las mujeres y los hombres son diferentes. Lo que tal vez no comprendemos es que cada uno tiene sus propias necesidades emocionales y físicas. Las mujeres necesitan que sus esposos les brinden: afecto, comunicación sentimental, soporte financiero, compromiso familiar, transparencia y honestidad. Los hombres demandan de sus mujeres: diversión, afirmación, apoyo doméstico, plenitud sexual, femineidad, hermosura y cuidado personal.

La mujer necesita que su pareja le demuestre afecto y le diga cuanto la ama. Para ella es importante que su compañero la escuche, porque por naturaleza la mujer es más expresiva. Saber que su esposo cubre las necesidades básicas del hogar es elemental para el sano desarrollo de la relación. La honestidad, la transparencia y la fidelidad son tan importantes para la mujer como todas las anteriores.

Noita D`Escriván, magíster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, explica que los hombres necesitan una mujer que les acompañe en sus ratos de esparcimiento y de diversión. Quieren una compañera que reconozca sus esfuerzos y aportes "extra" y precisan saber que su mujer está al control del hogar. Sin embargo, les gusta que su pareja reconozca que él también está allí. En el hombre la plenitud sexual es tan importante como en la mujer es, el sentirse amada, agrega D`Escriván.

Y como bien se sabe, el hombre debe consentir y tratar bien a su mujer para que sea recíproca. La mujer por su lado, debe "cuidar su imagen". Recordemos el proverbio: La mujer compuesta saca al marido de otra puerta.

Ahora, ambos, deben saber perdonar los errores del otro. Es vital dar el brazo a torcer. Respetar el espacio privado de cada uno y nunca discutir delante de los hijos, si los hay. En la privacidad se conversa, se arregla y se reconcilia cualquier situación que sea objeto de controversia, sabiendo que, ninguno tiene la razón.

¿Novios toda la vida? Sí, es posible. Con buen trato y pequeños detalles. Poniendo cada uno de su parte. El café de la mañana en la cama, o el beso de buenos días, las salidas románticas, los gestos de cariño y las palabras de afecto, recordar las fechas importantes, tomar las decisiones en conjunto, son pequeñas manifestaciones que reconstruyen el amor día a día y que nunca deben faltar.

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