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Dar es un asunto de ida y vuelta en la familia
Cuando amas a alguien, deseas lo mejor para el o para ella. Le das a esa persona importante la parte más valiosa de tu alma, de tus pensamientos, de tu tiempo,... Te das a ti mismo. Al respecto, la familia como base de la sociedad, debe ser pionera en la práctica incondicional de la acción de dar.
Algunas veces parece que mamá y papá siempre tienen que dar, y que los hijos solo deben recibir. El negocio de dar y recibir en la familia, es un trato de ida y vuelta. No es una calle ciega.
Los padres deben dar amor, educación, recreación, vivienda, tiempo de calidad,... a sus hijos. Los niños, deben dar su esfuerzo en la escuela, el hacer las tareas, ayudar en la casa, cuidarse unos a otros,... Ambos, padres e hijos, deben saber que dar no es una obligación, no es un deber, no es una responsabilidad. Dar sin esperar recibir nada a cambio, se trata de amar y cuidar a cada miembro de la familia.
Recibir, por otra parte, no es sentarse por ahí solo esperando ser servido. Se recibe porque los miembros de la familia se preocupan, aman y piensan en ti. El acto de recibir es un regalo de lo que tú ya has dado.
En el trato de ida y vuelta, puede haber momentos en que dejes tu tiempo del sueño para cuidar de tu hermano menor; o que tengas que lavar el bano porque tu mama no ha tenido tiempo. O mama tendrá que llevar el carro para hacerle el servicio porque papa ha estado trabajando.
Piensa en lo siguiente:
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Algunas personas sienten placer dando amor, dando alimento, dando regalos. estas personas aman dar antes que recibir. Esto las hace felices.
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Entre los Cristianos, Musulmanes, Budistas, Hindús, y miembros de otras religiones alrededor del mundo, es bien sabido que es más importante dar que recibir.
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La generosidad de dar a aquellos en necesidad, a los hambrientos, a los sedientos, a los sin vivienda, a los sin amor, es frecuentemente practicada por muchos. Vale más para los de tu propia familia.
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Da como un regalo de amor, nunca con un acto de obligación.